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EL SUJETO AUSENTE ¿A QUIÉN LE HABLA LA POLÍTICA?

  • Foto del escritor: Divergente Iberoamérica
    Divergente Iberoamérica
  • hace 2 días
  • 4 Min. de lectura
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POR: GABRIEL SLAVINSKY (Argentina)


En las últimas elecciones, el dato más contundente no provino de un candidato ni de una fuerza política, sino de la ausencia que se consolidó como protagonista de la escena.

 

En términos cuantitativos, podría relativizarse este fenómeno apelando al carácter legislativo y no nacional de la convocatoria, lo cual suele generar menor interés. Pero sería un error limitar el análisis a la superficie del número, lo verdaderamente relevante es lo que el dato o lo que revela cuando lo interrogamos desde una perspectiva cualitativa: desinterés, desapego, escepticismo, e incluso hostilidad hacia el sistema político.

 

Lo verdaderamente relevante no es el cuánto, sino el por qué.

 

El sujeto ausente no es simplemente aquel que no fue a votar. Es más profundo, es aquel que ya no cree, el que no escucha, el que no espera. Es un actor político desactivado, aunque todavía esté ahí, visible en los censos, presente en los ratings y activo en las redes.

 

Este sujeto aparece en las encuestas, en los focus groups, incluso en los streamings. Opina, reacciona y comparte, pero no participa del debate hondo, no milita, no construye comunidad, no se involucra en proyectos de largo plazo y la política, en tanto construcción simbólica de futuro, le resulta ajena.

 

El compromiso, la convicción, la esperanza en un cambio real y sostenido, le han sido expropiados por años de promesas rotas, gestiones fallidas y espectáculos degradantes del poder.

 

Hoy lo vemos presente en el engagement digital, pero ausente del ágora democrática. Está mostrando su lejanía, su ausencia. Habita el territorio del consumo de contenidos, no el de la deliberación colectiva.

 

La política argentina parece hablar cada vez más fuerte, pero a menos personas. Como en un dispositivo que grita dentro de una habitación vacía, el volumen crece, pero el eco es hueco.

 

Un gran problema de hoy, porque el destinatario está desdibujado. La enunciación política pierde anclaje porque no se encuentra con un sujeto concreto al cual dirigirse. Hay una ruptura entre el contrato del discurso político y las condiciones reales de su recepción.

 

Durante la campaña presidencial, Javier Milei logró interpelar a ese sujeto enojado por magros resultados económicos de los últimos gobiernos que se combinó con una endogamia electoralista de los frentes realmente llamativa. Así condensó la disrupción y el rechazo al orden político tradicional.

 

Sin embargo, ya en el ejercicio del poder, esa máquina comenzó a perder eficacia simbólica. El sujeto ausente que había sido interpelado por el enojo, hoy se aleja otra vez, no quedó comprometido en la línea presidencial de representar el hartazgo.

 

En este contexto, emergen tres estrategias de posicionamiento hacia el próximo turno electoral en la provincia de Buenos Aires y a nivel nacional:


1.   INSISTENCIA del peronismo, cuyo núcleo se reconfigura con dificultades, pero bajo una bandera conocida: la unidad. En términos de rebranding, su narrativa actual recuerda más a una repetición simbólica que a una innovación discursiva. Sin Alberto pero con CFK, el nuevo frente que se intenta conformar es estructuralmente semejante al Frente de Todos o Unión por la Patria. Su diferencial parece estar puesto más en el "contra quién" que en el "para qué". Un esquema de espera a que el ciclo Milei se agote y el recambio los convoque nuevamente. La justificación llega por el cálculo de que Massa estuvo a centímetros de ganar en primera vuelta en la elección presidencial de 2023.

 

2.   CRECE La Libertad Avanza, Fagocitando al PRO, La Libertad Avanza consolida un nuevo eje dentro del campo anti-peronista, desplazando el centro de gravedad desde el republicanismo liberal hacia un estilo más disruptivo, provocador y verticalista. Javier Milei es mucho más que su líder: es el significante hegemónico que mantiene unido a un espacio heterogéneo, aún sin la organicidad suficiente. Su centralidad es total: representa el relato, la emoción, el diagnóstico y la solución. La Libertad Avanza es Milei. Desde el punto de vista discursivo, la estrategia de LLA intenta construir una identidad de renovación radical, no solo en términos políticos, sino también morales y estéticos: se proclaman liberadores.

 

3.   LOS 2 NO de Somos Buenos Aires, una propuesta intermedia que busca capitalizar el desgaste de los extremos. Su discurso parte de una crítica doble: al peronismo por sus viejas prácticas y a LLA por los excesos de Milei. Su apuesta está en disputar el sentido común del votante desencantado. Sin embargo, su narrativa carece aún de una épica movilizadora. No logra encarnar una promesa de futuro que entusiasme.

 

Como señalaba Ferdinand de Saussure, el sentido se construye por oposición. En ese marco, los tres espacios encuentran su rumbo electoral hoy, no por lo que proponen, sino por lo que rechazan y así, el discurso político se vuelve reactivo, adjetivado y más preocupado por diferenciarse del rival que por construir una visión propia. Es una política que sigue en su afán de ordenar la oferta sin mirar la demanda, el sujeto lo nota y se ausenta.

 

 

En este vacío, crece una figura silenciosa pero contundente: el sujeto ausente que no es un mero abstencionista: es un actor político en negativo, que señala con contundencia la crisis del lenguaje político actual. El sujeto ausente crece, no porque no entienda, sino porque no cree.

 

El desafío, entonces, no es solamente recuperar votos, sino reconstruir el pacto simbólico entre la palabra política y la experiencia ciudadana. No se trata de comunicar mejor, sino de decir algo que valga la pena escuchar.



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