Lo vemos en los medios de comunicación, en los mensajes vía celular, en los mensajes de redes sociales, en la convivencia diaria. Existe violencia visual, auditiva, gráfica, textual, física, psicológica, etc.
La violencia es un tema que vulnera a todas las sociedades, no excluye, y, lamentablemente, en todos los estratos sociales su presencia fragmenta lazos culturales y familiares. Es preciso que se hable del tema porque muchas veces sin darnos cuenta se afecta la integridad y el respeto que merecen todas las personas.
La violencia casi siempre es ejercida por las personas que tienen el poder en una relación como el padre o la madre sobre los hijos, los jefes sobre los empleados, los hombres sobre las mujeres, los hombres sobre otros hombres y las mujeres sobre otras mujeres, pero también se puede ejercer sobre objetos, animales o contra uno mismo.
Hablemos de prevención desde un marco global
Organismos internacionales han encendido las alarmas debido al incremento de este fenómeno. De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), cada año más de 1.7 millones de personas pierden la vida debido a la violencia.
Actualmente, en todo el mundo se han efectuado campañas para evitar la violencia hacia las mujeres. Las agresiones al género femenino no solo se traducen en violencia física, también psicológica, patrimonial, económica y sexual, estas son modalidades que pocas veces se abordan.
Uno de los grandes fantasmas al momento de luchar contra la violencia, es el apego afectivo. Este hace que muchas veces se justifiquen comportamientos agresivos, o simplemente que se genere una dependencia ’afectiva ́ en la que se normaliza cierto grado de violencia física o psicológica.
Algunos aspectos a tener en cuenta para generar una conciencia sobre la prevención son:
Informarse del tema: nunca hay que dar por sentado que conocemos sobre un tema. La mayoría de las personas desconocemos los aspectos cruciales sobre la violencia. Al estudiar y conocer los aspectos que generan violencia, podemos identificar patrones para prevenir situaciones de riesgo.
Generar y fomentar un ámbito de respeto: tratemos a los demás como nos gustaría que nos traten. Aprendamos que mediante un diálogo respetuoso y tolerante podemos encontrar puntos de acuerdo para solucionar problemas.
La violencia no se debe aceptar bajo ninguna circunstancia: los pellizcos, los jalones del brazo o el golpecito, son acciones que deben evitarse siempre. Está comprobado que una vez que aceptas esta situación, comienza un proceso de ́normalización de la situación ́. Es decir, piensas que no fue tan malo y te acostumbras a las agresiones.
Siempre expresa tu postura: la violencia psicológica puede estar camuflada bajo distintas formas y es más frecuente de lo que se cree. Muchas veces piensas `no quiero generar problemas ́ o bien, temes que tu pareja se aleje y entonces optas por la sumisión. Si piensas diferente, es importante expresarte con firmeza, respeto y claridad.
Por otro lado hay que:
Ratificar los tratados internacionales y regionales. Proteger los derechos de las mujeres, de las niñas y garantizar que las leyes y los servicios nacionales observen las normas internacionales en materia de derechos humanos.
Adoptar y cumplir las leyes para poner n a la impunidad, juzgar a los culpables de violencia contra las mujeres y las niñas, y otorgar reparaciones y soluciones a las mujeres por las violaciones de que fueron víctimas.
En todos los países crear planes nacionales y locales de acción para poner n a la violencia contra las mujeres y las niñas uniendo al gobierno, a las organizaciones de mujeres, a otras organizaciones de la sociedad civil, a los medios de comunicación y al sector privado en un frente coordinado y colectivo que luche contra dichas violaciones de los derechos humanos.
Hacer que la justicia sea accesible para las mujeres y las niñas brindándoles servicios jurídicos y especializados gratuitos, y aumentando la cantidad de mujeres en los cuerpos de policía y en los principales servicios.
Poner fin a la impunidad frente a la violencia sexual en los conflictos juzgando a los culpables en contextos de conflicto y de postconflicto y respetando el derecho de las supervivientes a los programas globales de reparaciones que no creen estigmatización y que tengan un impacto de transformación sobre la vida de las mujeres y de las niñas.
Garantizar el acceso universal a los servicios esenciales siendo, como mínimo, las necesidades urgentes e inmediatas de las mujeres y de las niñas atendidas mediante líneas de emergencia gratuitas que trabajen las 24 horas con intervenciones rápidas para su seguridad y protección, con viviendas y refugios seguros para ellas y sus hijos, con un seguimiento y apoyo psicosocial, con cuidados postviolación, y con una ayuda jurídica gratuita para que comprendan sus derechos y opciones.
Otorgar recursos públicos adecuados para ejecutar las leyes y políticas existentes, reconociendo el costo y las consecuencias devastadoras de la violencia contra las mujeres, no solo por las vidas que han sido directamente afectadas, sino para la sociedad y la economía en general, así como en relación a los presupuestos públicos.
Garantizar los derechos de las mujeres a poseer tierras y propiedades, al derecho de la herencia, a una paga igual por un trabajo igual, a un empleo seguro. Las oportunidades económicas y laborales desiguales en detrimento de las mujeres son un factor primordial que perpetúa su permanencia en situaciones de violencia, explotación y abuso. Millones de mujeres trabajan fuera de sus países cada año y son víctimas de abuso y de explotación.
Aumentar la conciencia pública y la movilización social para poner n a la violencia contra las mujeres y las niñas, y para permitir que las víctimas de violencia puedan romper el silencio y busquen justicia y apoyo.
Involucrar a los medios de comunicación de masas en la creación de una opinión pública y en poner en tela de juicio las normas de género perjudiciales que perpetúan la violencia contra las mujeres y las niñas.
Trabajar con los jóvenes como defensores del cambio para poner fin a la violencia contra las mujeres y garantizar que el sistema educativo empodere los niños y las niñas a n de transformar y establecer relaciones de género basadas en la armonía, el respeto mutuo y la no violencia.
Movilizar a los hombres y a los niños de todas las edades y de todos los estratos sociales para que se manifiesten en contra de la violencia contra las mujeres y las niñas, de modo que alienten la igualdad y la solidaridad entre los géneros.
Todo esto es determinante para lograr ese orden social. El trabajar en la prevención de la violencia, no deben limitarse a un festejo o día de corte internacional. Es un tema de interés y valor mundial que nos compete a todos. Necesitamos procurar la solidaridad en el trato diario. Es claro que no ha sido fácil como hemos ido integrando a la sociedad pero será imposible si la seguimos destruyendo con violencia, toda la nación necesita vivir paz.
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